“No se requiere ser especialmente sagaz, para darse cuenta que la efectiva práctica del liderazgo, es decir: la posibilidad efectiva de conducir el grupo, depende fundamentalmente del ejercicio real de poder que el conductor pueda realizar y los medios con que se cuenten para ampliar este marco de aplicación.
Lo más importante no es la cantidad de poder que se tenga, sino como se utilice Desde el punto de vista de una efectiva conducción del grupo, la persona que ejerza el poder deberá utilizar el mismo marcar un rumbo, coordinar esfuerzos y motivar al conjunto de los integrantes del equipo…”. Autor : Fernando Grosso.