Las empresas farmacéuticas han cambiado su forma de trabajar en respuesta al COVID-19. Para la mayoría, esta ha sido una oportunidad significativa para repensar las operaciones comerciales y acelerar el cambio a lo digital como una forma de servir mejor a la comunidad de la salud. Se ha pasado de la resolución de problemas a corto plazo a los esfuerzos de transformación a largo plazo.